Que Viva El Peru!!!!!!

Un articulo por un muy buen amigo mio que lleva un tiempo viviendo en Lima, Perú. En donde tuvo la suerte de vivir un clásico en la capital Inca en donde nos regalo unas cuantas lineas acerca de su experiencia para FÚTBOL ES FÚTBOL. Disfruten .....




CLÁSICO DEL PERÚ
Por Mauricio Esteban Suarez

La verdad, en nuestros planes de ese domingo 14 de septiembre no estaba el de ir al Monumental. La gente en Lima percibe los clásicos como de muy alto riesgo (mucho más alto que en Colombia) y cualquier insinuación mía de ir al estadio no era bien recibida. Sin embargo, al frustrarse el plan original, terminamos cogiendo un taxi desde la Punta del Callao (barrio tradicional de ese puerto) con dirección al estadio Monumental en el distrito de Ate, sede del equipo crema de la capital peruana, el Universitario de Deportes. No era la primera vez, ya que había estado en un partido de mi selección con el onceno de Perú que terminó 1-1 debido a las defensivas tácticas de nuestro ex-técnico santandereano.

No teníamos boletas, pero asumimos que como cualquier encuentro importante habría reventa. Compramos occidental, en 45 soles (alrededor de 30.000 pesos o 15 dólares). Es curioso que siendo el costo de vida en Lima más barato que en Colombia, el fútbol sea mucho más costoso. Una entrada para el partido Brasil – Perú llegó a costar 150 dólares, cuando la más cara en Colombia llegaba a los 100.

Debido a las estrictas medidas de seguridad, el cerco del estadio era de aproximadamente unas 10 cuadras (cerco que la policía delimita siempre y que incluso ha llevado a que los precios de los inmuebles cerca al estadio hayan perdido más de cinco veces su valor comercial); la caminada fue dura. Además en esta zona estaba haciendo bastante calor, un poco raro para la temporada. Finalmente llegamos a las primeras filas. La verdad, las escenas eran muy similares a las de un clásico entre Millos y Santa Fe. Filas por todos lados, muchos antimotines, vallas, reventa, minutos de celular, bombombun (literalmente), gente pidiendo para ayudar a completar la boleta, etc. Sin embargo, la entrada fue muy demorada, especialmente para la gente de la tribuna SUR, bastión de la hinchada blanquiazul de Alianza Lima. La policía trató de organizarlos a las malas con los caballos, aunque no hubo revisiones minuciosas como sí las hay en Bogotá.

Cuando entramos al estadio. La impresión fue igual a la de junio de este mismo año: totalmente imponente. El colorido y los palcos, al igual que la emoción de la gente, lo hacen realmente monumental. Conseguimos puesto al lado de una banda musical (la cual me imagino que debido que el estadio no estaba lleno, los dejan sentarse mientras que termina el primer tiempo). Debido a la demora en las filas, ya el partido llevaba 15 minutos, razón por la cual no pudimos ver la salida de los equipos. El estadio estaba con 50.000 espectadores aproximadamente, con el Crema predominando pero con una buena asistencia de los hinchas de Alianza distribuidos en SUR y en la parte SUR de Occidental. Una asistencia nada envidiable.

Las barras muy similares a las que se oyen en los estadios de Argentina y Colombia a los cuales he ido. Con el cambio de dos o tres palabras, pero iguales. La fiesta era bastante alegre; los hinchas de Alianza sacaron una bandera que tapó toda la tribuna sur, gesto que fue respondido con un chiflido de la hinchada crema y el aumento de los cánticos contra su rival de patio. Muchas bengalas, mucha pólvora, etc. El partido: la verdad el primer tiempo estuvo más bien flojo. Era un enfrentamiento entre Mayer Candelo, figura crema y Johnnier Montaño, figura blanquiazul. Ambos colombianos. Terminó el primer tiempo con un 0-0 que, era una derrota para el equipo crema dirigido por el conocido Ricardo Gareca (que dirigió desde la tribuna por estar expulsado) debido a que aunque “campeonó” el semestre pasado, la campaña del segundo semestre brillaba por la acumulación de derrotas y la falta de orden en su juego; además debido a una falta deliberada y malintencionada, terminó con el jugador Rabanal, de Universitario, expulsado.

El segundo tiempo comenzó con Alianza aprovechando el hombre de más, situación que no se había visto en el primer tiempo. Un tiro de Montaño fuera del área preveía una posible victoria blanquiazul. Sin embargo, al minuto 20, un error de salida sobre el conocido Hurtado, del arquero de Alianza es correctamente sancionada por el árbitro. Penalti para Universitario. Mayer Candelo cobra y pone a ganar al equipo crema, que sin merecerlo se iba arriba en el marcador. Las tribunas celebraban con bengalas, banderas, cánticos. Los hinchas de Alianza no se callaron. Siguieron gritando porque sabían que estaban jugando mejor y tenían un hombre de más. Y tenían razón. En el minuto 29, menos de 10 minutos después, Gonzales Vigil de Alianza se levanta sobre la defensa crema y anota el empate para Alianza. El 70% del Monumental queda silenciado. Pero dos minutos después vendría la sentencia de los “cagones” sobre las “gallinas”. Alianza de contragolpe habilita a Aguirre y marca el 1-2 definitivo. La fiesta de los hinchas de Alianza los hacía ver locales. Y no era para menos, le habían ganado a su rival de patio.

Los hinchas de Universitario empezaron a abandonar el estadio. Aunque parte por inconformismo, nos dimos cuenta que realmente es porque conseguir transporte a la salida es bien complicado (igual que en el Campín). Tocaba volver a caminar las 10 cuadras y negociar de nuevo a algún taxista que nos quisiera llevar a Miraflores. La negociada sirvió, de 30 soles la bajaron a 15. El clásico 320 fue para el Alianza, y al igual que en Colombia, la semana que siguió fue de burlas y de cantos de victorias de los hinchas blanquiazules contra los crema: en cualquier oficina, cafetería, bar, restaurante, bus, andén, supermercado. Y tienen razón, en el futbol el que gana es el que goza (así como más veces ha ganado el azul al rojo).

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